Odio tu sonrisa. Odio tu increíble sonrisa.
La odio porque cuando sonríes, me vuelvo totalmente impotente.
Impotente por no ser capaz de apartar mi mirada de ella. De ti.
Creo que hasta soy difícil de sorprender. Pero tú... tú eres diferente. Lo cambias todo y me cambias. Me vuelves mejor de lo que soy. Sacas todos lo bueno de mi y haces que las imperfecciones solo parezcan pequeños rasguños...y entonces, me entran unas ganas enormes de abrazarte, de besarte para comprobar si realmente eres real, si estás aquí.
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